lunes, 22 de febrero de 2016

FERRARI 458 ITALIA

Hoy hablaré sobre mi modelo preferido de Ferrari, el Ferrari 458 Italia, sucesor del F430.
Este modelo en  concreto fue presentado en el Salón de Frankfurt de 2009. Se trata de un cupé biplaza, de 4,53 m de largo, completamente nuevo y totalmente innovador. Basta por ver el exterior del vehículo, diseñado por Pininfarina, para comprender su espíritu deportivo. Y no sólo por fuera. Los seguidores más radicales de esta marca están de enhorabuena: se trata de un purasangre, un automóvil desarrollado en circuitos que incorpora las últimas tecnologías derivadas de la Fórmula 1 y el ámbito de la competición. Proporciona prestaciones simplemente deslumbrantes, inalcanzables para la inmensa mayoría de los fabricantes, y según la marca, representa una ruptura con respecto al pasado Ferrari.
Exteriormente, el 458 es un coche compacto, agresivo, con llanas de 20 pulgadas, gran distancia ente ejes y morro corto que se prolonga en su parte trasera.
interiormente, es igual de deportivo, con cuero de calidad y detalles de aluminio. La posición del conductor resulta privilegiada. Todo está diseñado en función de las necesidades de los pasajeros.
En definitiva, estamos ante un verdadero Ferrari, es la mejor tradición de la marca. Y solo unos pocos privilegiados podrán disfrutar de él. Por ejemplo, el piloto de Fórmula 1 conocido como Fernando Alonso, que recibió como regalo de su escudería un 458 Italia de color blanco Fuji.

sábado, 13 de febrero de 2016

Ferrari 250 MM (UN GRAN CLÁSICO)

Hoy hablaré sobre un modelo muy diferente a lo explicado en los anteriores posts, es un modelo de la gama Ferrari y causa una sensación deportiva. El Ferrari 250 es un automóvil que el fabricante italiano Ferrari produjo entre los años 1953 y 1964. Reemplazó a los Ferrari 166, 195 y 212. A su vez, el modelo tuvo como sucesor al Ferrari 275.
Es un gran turismo con motor delantero longitudinal y tracción trasera, disponible con carrocerías cupé y descapotable. Existieron variantes corta y larga, cuya distancia entre ejes era de aproximadamente 2.400 y 2.600 mm respectivamente.
Exactamente en 1952, Enzo Ferrari mejoró el motor Colombo V-12 de 2,6 litros de la serie 212. En un principio lo convirtió en un motor de 2,7 litros, que iba montado en la serie 225S de producción limitada; más tarde, lo amplió en el de 3 litros que impulsaba los primeros modelos de la serie 250. Aunque, claro está, Ferrari no podía saberlo, esos cambios iban a garantizar el futuro de su fábrica.
Seis años antes, la prensa especializado había anunciado que el ex piloto de carreras y el ex director del equipo Alfa quería abrir una fábrica de automóviles con su propio nombre. Un año después, como había prometido, Ferrari presentaba un automóvil asombrosamente complejo, impulsado por un motor de V-12 de 1,5 litros. Así demostraba que lo suyo no eran vanas fantasías, sino que respondía a una estrategia cuidadosamente pensada, y que sus coches podían aspirar a ganar las carreras más importantes.
En 1948, Ferrari ganó las Mil Millas y la Targa Florio. En 1949, repitió sus triunfos, y además conquistó por primera vez Le Mans, la más importante carrera europea. En ese mismo año, al otro lado del Atlántico, Briggs Cunningham ganó en Watkins Glen, pilotando el primer Ferrari importado a los Estados Unidos.
En 1951, la marca Ferrari volvió a ganar las Mil Millas y se impuso en la Carrera Panamericana, un verdadero maratón de más de treinta mil kilómetros, tan duro que hacía que las carreras europeas parecieran una simple excursión. Todos estos triunfos hicieron que el nombre de Ferrari fuera ganado creciente prestigio entre los expertos.
En su reseña sobre el triunfo de Ferrari en Le Mans, en julio de 1949, la revista The Autocar publicó:
"Aunque el volumen de producción de Ferrari se cuente por decenas más que por centenares, la amplía goma de la serie de 2 litros, permitiría la fabricación de mil unidades al día. Cuando Enzo Ferrari contrató al ingeniero Colombo para que proyectara el motor de 2 litros más avanzado nunca visto, lo hizo en el entendimiento de que el cliente siempre tiene la razón, especialmente si va a tener que sacar ente dos mil y cinco mil libras".
Este cumplido ilustraba perfectamente el dilema de Enzo Ferrari: estaba ganando fama pero no dinero.